La impresión 3D mediante tecnología FDM (Modelado por Deposición Fundida) se ha convertido en una herramienta esencial para el desarrollo de productos, prototipado rápido, y fabricación a pequeña escala. Uno de los factores más determinantes del éxito en cualquier proyecto es la elección del filamento de impresión 3D adecuado.
Cada tipo de filamento tiene propiedades únicas que lo hacen más o menos apto para determinados usos. En este artículo, te explicamos en profundidad los tipos más comunes, sus aplicaciones reales y te damos ejemplos prácticos para ayudarte a decidir.
Tipos de filamentos, usos reales y cómo elegir el más adecuado

1. PLA (Ácido Poliláctico)
El PLA es el filamento más popular entre principiantes y también muy utilizado en fases iniciales de desarrollo de producto.
Ventajas:
- Fácil de imprimir.
- No necesita cama caliente.
- Biodegradable (procedente del maíz o la caña de azúcar).
- Poco warping (deformaciones).
Desventajas:
- Baja resistencia mecánica y térmica.
- Puede volverse frágil en ambientes húmedos o calurosos.
Ejemplo real: Una startup diseña un nuevo envase ecológico para cosmética sólida. Utiliza PLA para imprimir los primeros prototipos y validar diseño y ergonomía con sus potenciales usuarias. Aún no necesitan piezas funcionales, sólo estéticas y de presentación.
2. ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno)
Material muy utilizado en automoción y electrónica. Más complejo de imprimir que el PLA, pero con mejores propiedades técnicas.
Ventajas:
- Alta resistencia a impactos.
- Tolerante a temperaturas más altas.
- Puede postprocesarse con acetona para un acabado suave.
Desventajas:
- Requiere cama caliente y preferiblemente impresora cerrada.
- Emite vapores que requieren ventilación adecuada.
Ejemplo real: Una empresa de movilidad urbana imprime las carcasas de sus prototipos de patinetes eléctricos en ABS, para testear la resistencia al uso urbano e impactos leves antes de pasar a moldes definitivos.
3. PETG (Tereftalato de Polietileno Glicolizado)
PETG es un equilibrio entre PLA y ABS: fácil de imprimir, pero con propiedades más técnicas.
Ventajas:
- Resistencia mecánica y química.
- Más flexible que el PLA, más fácil que el ABS.
- Apto para aplicaciones en contacto con alimentos (en algunos casos).
Desventajas:
- Más propenso a hilos (stringing) si no se ajustan bien los parámetros.
Ejemplo real: Una startup que fabrica sistemas de cultivo hidropónico produce piezas de unión, soportes y conductos con PETG para asegurar que soporten agua y humedad sin degradarse.
4. TPU (Poliuretano Termoplástico)
El TPU es un filamento flexible, ideal para piezas que requieren elasticidad o resistencia a la fricción.
Ventajas:
- Muy flexible y resistente a la abrasión.
- Ideal para piezas que deben doblarse o absorber impactos.
Desventajas:
- Más difícil de imprimir (sensibilidad a la retracción y a la velocidad).
- Necesita impresoras bien calibradas.
Ejemplo real: Un proyecto de calzado deportivo imprime suelas y partes flexibles con TPU para testear ergonomía y grip antes de lanzar una versión final industrial.
5. Nylon (Poliamida)
Material técnico por excelencia. Alta resistencia mecánica, buena flexibilidad, y soporta temperaturas elevadas.
Ventajas:
- Ideal para piezas mecánicas que requieren fricción o tensión.
- Gran durabilidad y resistencia a impactos.
Desventajas:
- Difícil de imprimir (alta temperatura, necesita cama caliente).
- Higróscopico: absorbe humedad del ambiente.
Ejemplo real: Una empresa de robótica educativa imprime engranajes y piezas móviles de robots con Nylon para asegurar resistencia en el aula sin roturas.
6. Filamentos con cargas: madera, fibra de carbono, metales
Son filamentos compuestos, basados normalmente en PLA o PETG, con aditivos para mejorar estética o propiedades mecánicas.
Tipos comunes:
- PLA + fibra de carbono: más rigidez y resistencia.
- PLA + madera: estética natural, se puede lijar y barnizar.
- PLA + metales (bronce, cobre…): apariencia metálica, más peso.
Ventajas:
- Propiedades únicas (peso, rigidez, textura, aspecto).
- Atractivos en diseño de producto.
Desventajas:
- Más abrasivos para la boquilla: requiere boquillas endurecidas.
Ejemplo real: Un estudio de diseño imprime productos de decoración con PLA cargado de madera para mostrar a sus clientes un acabado realista y sostenible, ahorrando costes en la fase de validación estética.
Cómo elegir el filamento correcto para tu impresión 3D

- Define el uso de la pieza: decorativo, estructural, elástico, funcional…
- Valora el entorno donde se usará: interior, exterior, con fricción, contacto con alimentos…
- Analiza el presupuesto: no todos los materiales tienen el mismo coste por kilo.
- Evalúa tu impresora: no todas pueden imprimir TPU o Nylon sin modificaciones.
La elección del filamento de impresión 3D adecuado es una parte fundamental del éxito de cualquier desarrollo. No se trata solo de que «la pieza salga», sino de que tenga sentido dentro del proceso: que ahorre costes, evite errores y anticipe el siguiente paso del producto.
En Additium 3D, trabajamos con startups y empresas para acompañarlas desde la idea hasta la fabricación real, eligiendo los materiales y tecnologías adecuados para cada etapa. Si tienes dudas sobre qué filamento usar, o si necesitas prototipar con materiales técnicos, podemos ayudarte.
Preguntas frecuentes sobre filamentos en impresión 3D
Existen muchos tipos de filamentos, cada uno con propiedades específicas. Los más comunes son:
PLA (Ácido Poliláctico): Biodegradable, fácil de imprimir, ideal para piezas decorativas y prototipos rápidos.
ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno): Resistente al impacto y al calor, adecuado para piezas funcionales.
PETG (Polietileno Tereftalato Glicolizado): Combina la facilidad del PLA con la resistencia del ABS. Apto para piezas mecánicas.
TPU (Poliuretano Termoplástico): Flexible, usado en piezas que requieren elasticidad, como fundas o juntas.
Nylon: Alta resistencia mecánica y flexibilidad. Perfecto para piezas técnicas sometidas a estrés.
ASA: Similar al ABS, pero con mejor resistencia a la intemperie y rayos UV.
PC (Policarbonato): Muy resistente y rígido, soporta altas temperaturas. Se usa en ingeniería y electrónica.
Filamentos compuestos (madera, metal, fibra de carbono, etc.): PLA o ABS con cargas especiales que simulan o aportan propiedades adicionales.
Los filamentos básicos —es decir, los más utilizados por su facilidad de uso y coste contenido— son:
PLA: Ideal para principiantes. No necesita cama caliente y tiene buena calidad de acabado.
PETG: Un paso más allá del PLA, más resistente y duradero, pero igual de sencillo de imprimir.
ABS: Aunque requiere mayor temperatura y puede generar warping, sigue siendo un clásico por su resistencia.
Estos tres materiales cubren la mayoría de necesidades para prototipos, piezas decorativas, elementos funcionales o incluso productos finales de bajo estrés.
No hay un “mejor filamento” universal. Depende de para qué y cómo lo vas a usar. Aquí van algunos criterios:
Para empezar o para piezas decorativas: PLA.
Para piezas mecánicas o funcionales: PETG o ABS.
Para flexibilidad: TPU.
Para resistencia al clima exterior: ASA.
Para precisión técnica o exigencias mecánicas altas: Nylon o Policarbonato.
Para acabados estéticos diferentes: PLA con carga de madera, metal o mármol.
Lo más importante es alinear el filamento con el uso final del producto y las capacidades de tu impresora.
El rendimiento de 1 kg de filamento depende del material, del diseño y de los parámetros de impresión (densidad de relleno, grosor de capa, etc.). Pero aquí van algunos ejemplos aproximados:
Figuras decorativas o prototipos pequeños (10-15 cm): Un kilo de PLA puede rendir entre 20 y 40 piezas.
Piezas técnicas con más relleno (30-50%): Puedes imprimir unas 10-20 piezas medianas.
Piezas grandes con relleno denso o materiales más pesados como ABS o PETG: El rendimiento puede bajar a 5-10 piezas grandes.
En general, 1 kg de filamento rinde entre 90 y 130 metros lineales, dependiendo del diámetro (1.75 mm es el más común).






